Pasaje De Madrid Al Cielo

Un menú muy cuidado y sabroso. Un lugar bastante escondido pero siempre concurrido con la gente que saben que aquí se come bien.

Roberto y su esposa se han traído a Madrid a esta isla. La comida excelentísima, el servicio impecable, y la experiencia un 10/10.

Llegamos allí por una recomendación, un lugar muy agradable y la atención muy personalizada nos recomendaron pedir y fue muy buena la comida. El ambiente

Espectacular. Un gran descubrimiento después de varios años visitando Menorca. Todo lo que hemos tomado estaba buenísimo y es un sitio donde estar a gusto.

Hoy hemos comido por tercera vez aquí. Un cocido, unas alcachofas y un pescado a la espalda. El ambiente, el servicio y el vino al mismo nivel . Todo exquisito. Volveremos

Hemos comido muy bien, a resaltar el soldadito de pavia (bacalao), esta espectacular. Y el arroz meloso de corvina, magnifico. La atención, el trato y el ambiente, de diez. Sin duda volveremos. Enhorabuena por un fantastico trabajo!

Excelente elaboración de los platos, con un gran sabor. En especial su entrante “de un bocado”, increíblemente recomendable. Tuvimos que esperar un poco a la comida pero mereció muchísimo la pena. Otro punto a su favor es que hay un parking de pago a escasos metros

Un favorito absoluto a un paso del mercado de Mahón, cenamos tres veces en este magnífico restaurante durante nuestra semana en la isla. Un poco escondido con una entrada bajo una arcada, en el restaurante Pasaje de Madrid al Cielo le recibirá un carismático caballero madrileño afincado en Menorca, que le hará sentir inmediatamente a gusto en un ambiente agradable y relajante. Su cocina es una excelente mezcla de platos madrileños y menorquines, con especial mención a las ensaladas de tomate y la suculenta lubina fresca.

Llamamos por si podrían darnos de comer siendo ya tarde como era y nos esperaron amablemente. No solo nos dieron de comer sino que fue todo un descubrimiento. El buen hacer del dueño no solo se queda en el servicio sino que se come a las mil maravillas. Alucinamos con el punto de la lubina y el arroz y la salsita de los mejillones estaba de toma pan y moja (literal). Un sitio escondido en mahón que sorprende y que merece la pena visitar. Ojalá mas sitios así, donde aman la buena cocina con un trato inmejorable del producto y del cliente.