Los Arcos - Menu

Vale la pena visitar Montilla por sus vinos , iglesias y gentes y sobre todo por el Solomillo del restaurante Los Arcos es espectacular.

Pedimos tartar de atun y pusieron tartar de mango el servicio malisimo le pedimos carne y nos la pusieron como Ellos les parecio lo tenemos claro no volvere

La verdad es que me sorprendió desde que entre. La decoración es novedosa, lo han renovado y se agradece, al igual que la carta. Los camareros prestan una atención genial, un sitio para repetir seguro.

Es un lugar bastante elegante y situado en el corazón de Montilla. La comida estaba exquisita y aunque servida de forma moderna los precios son asequibles. El servicio fue muy amable y atento en todo momento.

Llevamos 2 horas y media esperando y aún no han traído los entrantes. 2 horas y media y sin entrantes!!!!! No tiene perdón. Aún no puedo valorar la comida (me gustaría), pero ya puede ser un manjar de Dioses. No volveremos ninguno.

estuvimos comiendo hace unos dias. Comida casera y muy bien elaborada, El flalmenquin exquisito,las croquetas caseras y revuelto de habas estupendos. Personal muy atento y te hace sentirte muy comodo en su establecimiento. Muy recomendable. Repetiremos. Gracias.

Es un restaurante con un amplío salón y una atención estupenda por parte del personal. La decoración es muy singular y bonita. La carta de comida es variada y tiene opciones vegetarianas. Muy recomendable: Patatas bravas: tienen salsa kimchi Rissoto de setas Parrillada de verduras

Ayer decidimos pasar un día maravilloso en Montilla, pues íbamos con un familiar y no conocía este bonito pueblo en el que yo he vivido muchos años. Pues bien decidimos comer en este restaurante y tras asignarnos una mesa(a penas se podía ver dada la escasa luminisidad)y decidir nuestra comida, llamamos a uno de los camareros y nos dijo que había una boda y que teníamos que pedirlo a una chica, la cual tardó 15 minutos en atenernos. Poco después tardaron mas de media hora en servirnos. Yo creo que la atención fué muy decepcionante y dejó mucho que desear.

Rosario de despropósitos: no sabían en qué mesa íbamos (con reserva); espera desesperante para tomar nota; tiempo suficiente para hacer la digestión entre plato y plato de los entrantes; desconocimiento de su propia carta por parte del camarero; los platos principales llegaron juntos los que eran iguales, por lo que comieron a la vez los que habían pedido lo mismo mientras el resto, o esperaba los suyos, o digería los que habían terminado media hora antes. Personalmente anulé mi plato principal a las 18:20. Habíamos comido otras veces en este restaurante y nunca habíamos sufrido un servicio semejante pero hace tiempo que algo ha cambiado, y no para bien. No volveremos.