"Había oído hablar desde hace tiempo de esta marca. Al enterarme de que abrían un establecimiento en Bilbao. La primera impresión al entrar: pulcro como los chorros del oro. Perfecto. Había cola para pedir, y nos acercamos a las pantallas táctiles para hacer el pedido. No conocemos la carta, así que intentamos indagar en la pantalla a ver qué llevan las hamburguesas, pero no somos capaces. Cogemos una carta en papel, pero tampoco. Pequeño fallo. Elegimos nuestros menús por La foto de la hamburguesa. A la hora de cambiar los ingredientes de la hamburguesa, el programa no deja muy claro que es lo que se puede hacer. El resto de complementos, fenomenal. Después de registrar y pagar el pedido, nos damos cuenta de que no hace falta ir a por el pedido, y te lo traen a la mesa. Nos sentamos a esperar. Al de 5 minutos, viene una empleada a preguntarme que si la salsa que había elegido para la hamburguesa, si quería añadir a la salsa que traía la hamburguesa, o quería intercambiarla. ME PARECE BRUTAL, que alguien en cocina se haya percatado, y haya salido a preguntar al cliente. SIMPLEMENTE PERFECTO. Es lo que debería ser lo habitual, pero no abunda. Pedimos dos menús, uno con patata clásica y otro con patata rejilla. A parte, unos aros de cebolla. La comida la sirven relativamente rápido. Aquí va la valoración: las patatas clásicas, nada fuera de lo normal. Los aros de cebolla estaban buenos. Las patatas rejilla ACOJONANTES. Y lo mejor: las hamburguesas en su punto, increíblemente jugosas pero sin parecer grasientas. Muy muy muy buenas. Bastante mejor opción que cualquier restaurante de comida rápida. El precio sin embargo es muy parecido. OPCIÓN ALTAMENTE RECOMENDABLE"