Meson Del Caballo Blanco

Terraza muy agradable y buena atención así como la variedad y calidad de pintxos.

Hemos comido muy agusto y bien de calidad. La atención cercana y agradable.Para repetir.

He comido varias veces allí… muy rico todo… calidad precio aceptable… lo mejor: la música en directo… hoy la he gozado con mi perro .

Un sitio espectacular por la ubicación, la comida, la bebida, la buena música y la profesionalidad y buen trato de la gente que lo lleva. Un auténtico lujo.

Luces precioso y obligado en la ruta pamplonesa turística. Lo malo , los camareros no sirven en la mesa o sea vas , pides y te lo llevas. A estos precios , 3,10€ la cerveza ya podían servir en mesa . Por otro lado , en Barcelona los chinos se quedan la hostelería , aquí los abertzales hacen lo mismo ……que pena

Tenía la idea de local turístico por la zona y la clientela, y por este motivo nunca había entrado. Este fin de semana nos animamos y me sorprendió la calidad de los pintxos, el trato excelente por parte de los dueños y el precio en absoluto excesivo. Repetiremos siempre que no esté demasiado lleno, que imagino que será su principal inconveniente.

A great place! in the old part of the pamplone, a place to take some reeds and eat something on the terrace, accompanied by quiet music. There is usually a very good atmosphere full of young people in the city. in spring and summer on Tuesdays and Thursdays there are conciertillos. It is also next to the walls surrounding the old part, a very beautiful view. I recommend it, I'm sure you understand.

A pesar de su aspecto antiguo , se trata de un edificio construido en los años 60 que incorporó restos de edificaciones medievales o renacentistas de otras partes de la ciudad que habían sido demolidas. Actualmente alberga un bar restaurante con una amplia y famosa terraza en la que suele haber música en vivo los fines de semana de verano y se puede disfrutar de una de las zonas con más encanto de Pamplona, sobre el punto más elevado de las murallas, al fresco y disfrutando de las mejores vistas de la ciudad. Realmente por lo que pagas, y pagas caro, es por la ubicación. La comida y el servicio no son nada del otro mundo.

Lo encontramos por casualidad paseando por la muralla . Una suerte , porque se come muy bien. El sitio es peculiar , tú entras, pides, pagas y te dan un pequeño mando que pita cuando tú comida está lista y puedes entrar a por ella. Dentro no hay sitio para comer, sola la barra y los servicios, pero no importa porque la terraza es increíble. Si te gusta lo medieval te encantará. La comida está riquísima, sobre todo los huevos rotos con ajo arriero y las piparrak piparras frescas fritas en tempura). En temporada de piparras puedes disfrutarlas frescas, sin ser encurtidas. Las raciones son grandes y el precio está muy bien. Seguro que volveremos.