"Reservamos una hora antes de llegar y no tuvimos problema. El restaurante está encima del propio bar. Bien ambientado y parece renovado no hace mucho. Mesas de una pieza grande de madera, por lo que nos colocamos tres personas en una mesa en la que cabrían diez. Pedimos unos fritos para el centro (para hacer tiempo hasta que lleguen los platos). Pedimos una ensalada de burrata para compartir porque nos advierten de que son grandecitas , unos chipirones y dos de bacalao a la plancha sobre crema de boletus. Los fritos tienen buen sabor, pero la masa no es cremosa, quizá sean de caldo en lugar de leche, pero el sabor es bastante bueno. La ensalada la hemos pedido para 2, pero podrían comer 3 sin problema. Está bien compensada, lleva piñones, nueces y olivas negras. Por decir algo, le faltan unas hojas de albahaca fresca para darle un plus y la crema de Módena debería ofrecerse aparte en lugar de ya incluida sobre la ensalada. El bacalao está perfecto en el punto de plancha; jugoso y las lascas salen con facilidad. Los boletus muy bien con su salsa a la que se le nota la calidad de la mantequilla. Los chipirones vienen sobre una cama de cebolla caramelizada (a mí personalmente no me gusta, pero seguro que hay quien aprecia ese dulzor). Los chipirones están bien en su punto de cocción. Mousse de limón (parece más bien un yogur cremoso) para compartir y un café solo para terminar. Importe: 85€ (3 personas)"