"Es un local muy casta de Pamplona, pequeñito y agradable, con un trato muy familiar. Y con una ubicación ideal. Celebramos un cumpleaños y, como siempre, de maravilla. Nos atendieron súper bien, con el cariño y la cercanía que les caracteriza. Todos los platos de la carta son buenísimos. Cocina tradicional, platos típicos de los de la abuela: carrilleras, cordero en chilindrón, manitas, callos… muy bien cocinados por Jose. También ofrecen otras opciones. Las alcachofas, riquísimas. El ajoarriero… Lo mejor, los postres. Caseros, elaborados por Tereta con un saber hacer… Tarta de queso, tarta de chocolate blanco, tocino de cielo… De escándalo la tarta de chocolate negro. ¡Increíble! El comedor de arriba, donde estuvimos, es pequeñito, perfecto para una reunión privada por la intimidad que ofrece. En resumen, un local con encanto en el que tomar unos vinos, degustar pintxos o disfrutar de la cocina típica de Navarra. ¡Muchas gracias, Jose y Tereta por vuestra paciencia!"