"He ido muchísimas veces a Foster de Caceres pero hacía ya bastante que no íbamos y, sin duda, no creo que volvamos. La atención bastante deficiente, aspecto descuidado de los camareros, mal olor al entrar en el restaurante y escoba y fregona por medio... Las patatas tenían el bacon de un color oscuro que no parecía bacon, tamaño mucho más pequeño que antes. Los platos principales llegaron fríos, las patatas asadas estaban heladas y las fritas hacía mucho que habían pasado por la freidora... un desastre. No me extraña que esos años donde foster estaba lleno, hayan pasado..."