"Estábamos de vacaciones y se nos hizo la hora de cenar, y nos apetecía chino, vimos el restaurante y perfecto, vamos a probar!! La comida está bien, no para echar cohetes, las empanadillas chinas pequeñas y no parecen caseras sino congeladas. Los arroces y tallarines correctos y de cantidad bastante bien. Las costillas a la sal y pimienta suelen servirse troceadas en dados pero aquí era en tira, lo que acabas usando las manos. Éramos 4 (2 adultos+2 adolescentes) y sólo nos dejaron 2 sobres de toallitas limón para limpiarnos tras comer dichas costillas. El tofu con setas chinas y bambú correcto, quizás le faltaban setas, venían 4 trocitos. La señora que nos tomó nota muy seria, le preguntamos si la cantidad de comida le parecía bien de cantidad para 4 y nos dijo que bueno....sólo habéis pedido 1 plato de carne-carne (las costillas), como dando a entender que sin más platos de carne no nos llenaríamos..... Para acabar diciendo: ni mucho ni poco. Y se marchó con la comanda.... Muy simpática no era, la verdad. Pedimos 7 platos, éramos 4, era cena. Pues sí que fue más que suficiente!!! Pero le cambió la simpatía cuando aparecieron debían ser clientes de cada año, mostró una sonrisa que no pensé que fuera capaz y un comentario como que se alegraba de verles de nuevo tras un tiempo. Me sorprendió. Cenamos en la terraza, tenían los toldos echados y hacía muchísimo calor, no dejaba pasar el aire y fue algo incómodo. Podrían poner un par de ventiladores por lo menos. Luego sales de la terraza a la calle y la temperatura era más fresca. Ya tras pagar, nos levantamos para marchar, quisimos despedirnos, pero nos vieron desde la entrada pero volvieron a agachar la cabeza continuando con lo que hacían y nadie nos dijo nada. Así que simplemente, marchamos "
