"Restaurante de carretera , en el sentido peiorativo, hemos parado en él otros viajes anteriores. Comida de batalla y cocinada o servida con poco cariño . No recomendamos los bocadillos de calamares, la ensaladilla, el gazpacho manchego, y entre lo peor, los sándwich mixtos, hechos con un pan gomoso y grueso, y con el supuesto jamón york es un fiambre de york de mala calidad. La paella, a evitar. Buena morcilla, conejo al ajillo y tortilla española. El servicio, regular tirando a mal, no sé cuántos camareros corriendo por la barra y desorganizados. Depende de la zona de la barra donde te ubiques, te atienden antes o te tiras un buen rato llamándoles y levantando la mano. Todos los camareros desbordados a la hora de la comida, alguno sudoroso y varios como si les molestase atender o atenderte como si te estuviesen haciendo un favor. Alguno si era más correcto y eficaz. Nosotros está última vez, tuvimos poca suerte con la chica que nos atendió, una morena con coleta y cara agradable. Tardó en llegarnos una cerveza, el Aquarius de naranja que pedimos, fue de limón porque tiene que ser de limón , aunque algún cliente si lo tenía de naranja. Lo peor, pedimos un bocadillo de tortilla francesa y nos dice no puede ser, tengo la plancha llena, la plancha no es muy grande, va a tardar media hora . Cambiamos a tortilla española, pero para nuestro asombro, unos instantes después vemos salir por allí un bocadillo de francesa para una pareja que no llevaría allí más de diez minutos. También curioso como gestionó esta chica un bocadillo para llevar . Un padre de familia pidió un bocadillo de algo partido por la mitad para llevar. El bocadillo lo trajo entero en un plato la chica, le trajo un trozo de papel de aluminio cortado a mano, y trajo un cuchillo normal de mesa para que el propio cliente partiese y envolviese el bocadillo. Penoso."